Con motivo de la celebración del Día de la Lengua Materna, la CNSE (Confederación Estatal de Personas Sordas) ha querido alinearse con el mensaje de la UNESCO sobre la necesidad de "preservar la diversidad lingüística y promover el plurilingüismo” como garante para que las personas sordas puedan libremente aprenderlas y utilizarlas.
En este sentido, la entidad recuerda que tanto la Ley 27/2007 por la que se reconocen las lenguas de signos en España, como dos Reales Decretos publicados posteriormente en los que se contempla que las Administraciones educativas, y en su caso los centros, pueden ofrecer asignaturas relacionadas con el aprendizaje de la lengua de signos española y la lengua de signos catalana en Primaria, ESO y Bachillerato, garantizan la inclusión de estas lenguas en la oferta educativa. Medidas aplaudidas por la CNSE, que a pesar de verse refrendadas con la publicación del currículo de la lengua de signos española para dichas etapas educativas, - elaborado por el Centro de Normalización Lingüística de la Lengua de Signos española (CNLSE) con la colaboración del MECD, - no se cumplen debido a la disparidad de funcionamiento entre las distintas comunidades autónomas. “Seguimos esperando que el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte elabore un Real Decreto que establezca unos mínimos sobre la inclusión de la lengua de signos española y catalana en el sistema educativo”, comenta la presidenta de la CNSE, Concha Díaz, “para que las familias tengan derecho a elegir para sus hijas e hijos sordos, un modelo educativo bilingüe que incluya también esta lengua independientemente del lugar donde residan”. Una cuestión que para Díaz pasa, asimismo, por la necesidad de contar con profesorado sordo que “sirva de modelo lingüístico y referente adulto”, la oficialidad del citado currículo de la lengua de signos, así como con intérpretes en institutos, universidades y academias de idiomas “desde el primer día de clase”.
En lo que se refiere a preservar y promover la diversidad lingüística, tal y como cita la UNESCO, y teniendo en cuenta, además, que este 2018, declarado como Año Europeo del Patrimonio Cultural, se celebran los 20 años desde la entrada en vigor de la Carta Europea para las Lenguas Regionales y Minoritarias, la presidenta de la CNSE reivindica que el futuro Reglamento que desarrolle la Ley 27/2007 incluya un apartado específico que recoja los aspectos relativos a la protección y promoción de la lengua de signos, en tanto que lengua minoritaria y minorizada, más allá de lo relacionado con la accesibilidad. La presidenta de la CNSE enfatiza que no se entendería que más de 10 años después de la promulgación de esta ley se ignoraran en el futuro Reglamento medidas de protección de su comunidad usuarias en tanto que minoría lingüística y cultural.
Para finalizar, Concha Díaz expone que hay siete estatutos de autonomía que recogen la lengua de signos en sus textos, además de dos autonomías con leyes propias y diversos reconocimientos de organizaciones nacionales e internacionales, como por ejemplo la ONU, que contribuyen a elevar su estatus, por lo que sostiene que “ante una posible reforma de la Constitución Española, deberían quedar recogidas la lengua de signos española y catalana en las mismas condiciones que el resto de lenguas del Estado, así como su reconocimiento como patrimonio cultural inmaterial”.